viernes, 12 de abril de 2019

Reseña: CEMENTERIO MALDITO (PET SEMATARY), un remake que ofrece un poco más que la original

CEMENTERIO MALDITO (PET SEMATARY), es un remake de la película de 1989 basadas en la novela de Stephen King del mismo nombre, dirigida por Kevin Kölsch y Dennis Widmyer, directores que antes habían realizado películas de horror de bajo presupuesto por lo que ésta sería su carta de presentación al mainstream. Dichos directores presentan una visión de la historia con una atmósfera más oscura que la original, pero que se queda corta en algunos aspectos.



El Dr. Louis Creed decide mudarse junto con su familia desde Boston hasta un pequeño pueblo llamado Ludlow, para poder disfrutar de más tiempo con ellos y alejarse del estrés de la ciudad, pero pronto él y toda su familia se comienzan a dar cuenta que su nuevo hogar no es lo que parece. La historia empieza muy lentamente tratando de crear un ambiente de suspenso e incógnitas mientras descubrimos junto con los personajes lo que sucede en su propiedad, ésto favorecería a la película si se hubieran comprometido a formar un sentimiento de inquietud para causar miedo en la audiencia, pero la decisión de incluir muchos "jump scares" la vuelve trillada y poco original, causando que en vez de meterse de lleno a la historia estés en espera del siguiente susto. Las modificaciones hechas a la historia del libro, y a la película original (cuyo libreto fue escrito por el mismo King) están bien logradas, pero no son suficientes para lograr una película superior a la primera, algunos de los cambios se sienten hechos nada más para no ser letra por letra la misma película, mientras que otros se quedan en un "podría haber sido mejor". Si en algo supera esta película a la original es en sonido, ambiente, y maquillaje; en cuanto al sonido, éste es excelente, logrando hacernos sentir como si nosotros estuviéramos parados ahí mismo junto al personaje en pantalla y enviando un poco de escalofríos a través de nuestra piel, el ambiente oscuro y tenebroso va de acuerdo a una modernización de las películas de terror, donde los visuales forman parte de la narrativa y apegándose a la imaginación de la audiencia, y por último el maquillaje, sólo hay que recordar la manera en la que Gage aparecía en la película original después de haber sido atropellado por un camión para poder apreciar la nueva imagen. El soundtrack es blando ya que está pensado de forma que haya un silencio para formar la expectativa del "jump scare" siguiente, aunque también hay lugares donde éste silencio se utiliza para poder hacer exhibición de la edición de sonido que logra crear ese ambiente fantasmagórico.

Las actuaciones son dignas de una película de terror común y corriente, es decir, mediocres, tal vez el más destacable de todo el elenco podría ser John Lithgow como su vecino Jud, y por momentos Amy Seimetz como Rachel Creed, que quede claro que sólo por momentos, porque hay escenas donde de plano hay tan poco material con el cual trabajar que no hay manera de lograr algo que cause una gran impresión.

La película original falla en varios aspectos al imitar los clichés de su época, pero también tiene ciertas cosas que no iban acorde a su época, atreviéndose a mostrar cosas más tenebrosas y repugnantes que cruzaban la línea de esos tiempos, este remake no hace mucho más que la original, obviamente borra lo comédico de algunas escenas y tiene una atmósfera mucho más tétrica, pero todo esto no la convierte automáticamente en una película buena, sino que se queda atascada en el mundo mediocre del terror, dejándole una calificación de a duras penas 3★ de 5★ (PALOMERA), lo que sí me queda claro, es que ya no necesitamos más películas de ésta novela.

Por: José Luis Santos

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